domingo, 25 de julio de 2010

Los dias pasan, pero las cosas no cambian.


Los días pasan, pero las cosas no cambian. Y no lo van a hacer, aunque uno lo desee con todo su ser. Es inevitable. Pasan las semanas, los meses desde la última vez que lo pisaste, desde la última vez que te sentiste parte realmente. Ahora después de meses de pensarlo y de reflexionarlo, decís: la puta madre, que tenían razón esos hijos de puta. Y si, lo extrañas, no hay nada que puedas hacer para cambiar eso, viviste cinco años ahí adentro, es normal. No podes volver el tiempo atrás, para querer aprovechar esas mañanas y tardes perdidas. Entonces llega ese punto en tu vida en que decís: que mas da, la vida me trajo hasta acá, porque estancarse? Mejor seguir adelante. Y ahí es donde empezas. Empezas a querer cambiar, a querer ver las cosas de otra manera, y con suerte empezas a verlas. Empezas con nervios, dudas, miedos, incertidumbres. Pero empezas. Si total, no te queda otra.
Pero algo anda mal. No empezás queriendo algo nuevo, porque estabas perfectamente bien con lo que tenías, estabas en tu “salsa”, pero el tiempo no se detiene, no te va a dar la mano y ayudarte. No, no. Entonces empezas de mala gana, sabiendo que dejas atrás algo que amas, y que no queres que se valla. Algo que no queres olvidar nunca en tu vida: aquellos momentos felices.

Tu vida se define por las decisiones que vos mismo tomas. Si elegís mal, tema tuyo. Si te arrepentís, problema tuyo. Ya no hay nadie a tu lado para decirte lo que tenes que hacer, o a quien puedas culpar cuando las cosas no salen como lo esperabas. Pero problemáticamente, tampoco están aquellos que te conocen más para aconsejarte. No están porque tienen otras cosas que hacer, cada uno construye su propia vida, vos no podes estar esperando compartir cada segundo con ellos. No, ahora no. Ahora ya es muy tarde. Y te sentís mal, y te sentís culpable, y queres tirar todo a la mierda. Y como en señal de auxilio lo haces, a ver si alguien viene a socorrerte. Pero nadie viene. Porque estas solo, solo en el mundo sin alguien que te entienda. Solo, sin que la vida te acompañe, sin camino ni objetivos. Sin un rumbo fijo. CAES A LA REALIDAD. Tenes el mundo en tus manos, sos capaz de hacer todo lo que se te cante el orto hacer. Pero no podes. No podes y menos que menos estando sólo. Te preocupas, te deprimís, lloras, pero seguís sin saber, sin nada que hacer. Tenes por delante una hermosa historia que escribir, pero no sabes por donde empezar, que camino tomar ni a donde queres ir. Por mas que busques no le encontras salida al asunto. Y te paralizas y te estancas. Tal y como NO querías que pasara. En ese momento, caes casi como en caída libre a un pozo sin fondo y con los gritos desesperados, esperando que alguien se apiade de tu alma lastimera y se acerque a escucharte. Logras aprisionar a alguien en tus garras, pero te das cuenta de que no sirve de nada, de que descargarte una sola vez no te ayuda, que hablar de tus pesares con esa única persona, que no es tuya y que no te pertenece, solo te hace recordar lo vacío que estas, lo vacío que te sentís. De hecho, si te pones a reflexionar, tendrías que sentirte muy feliz de poder ser así de libre como para escoger lo que realmente queres para vos, ya que no muchas personas llegan a serlo. Pero a vos eso no te importa, porque no queres esa cochina libertad, queres obligaciones, queres estar atado sin importar el motivo, queres estar organizado y con un esquema de lo que tu vida podría llegar a ser. Pero otra vez vuelve el problema inicial: sólo, no podes. La vida no esta diseñada para derrocharla en soledad. Pero lamentablemente, es en ella en la única en la que podes pensar. Y así ves como los días pasan, pero las cosas no cambian.

CB - 2.52 am, 29 abril 2009.

No hay comentarios:

Publicar un comentario